Para hablar de comunicación es necesario poder salir de las generalizaciones que el término nos brinda y adentrarnos a lo particular de la comunicación humana.
Porque en la particularidad es donde el sujeto se puede ver y puede verse a la hora de hablar, expresarse, escuchar o simplementar estar.
En estos tiempos de hiperconectividad y productividad extrema sin propósito estamos mas desconectados que nunca, con ningún propósito claro y buscamos afuera lo que en realidad siempre estuvo adentro. La comunicación no es la excepción.
Porque si queremos una comunicación con sentido, una comunicación que sienta, que conecte, que sea genuina e inspire, tenemos primero que poder registrar que es a lo que nosotros nos conecta, nos hace sentir, nos vuelve genuinos y nos inspira. No es algo que solo sucede a nivel cognitivo sino que debe transitar en niveles más profundos que incluyen la emocionalidad, el cuerpo, el espíritu y la energia que fluye en nuestro andar.
El futuro siempre será promisorio mientras tengamos en presente nuestro propósito aunque nos cueste encontrarlo, aunque se nos vaya la vida en ello.
El resultado siempre será anecdótico, la experiencia no está allí, nunca lo estuvo. A veces está bueno recordarlo.
Si llegaste hasta acá, creeme que no sos el único ni la única que se lo pregunta, somos muchos y eso es señal de que el sentido y la consciencia aun persiste y tenemos que alimentarla cada día para que nuestra comunicación suceda en coherencia.